
Hace semanas acompañe a mis padres a una competencia en San Luis Potosí, sería visita de fin de semana así que solo necesitábamos alojamiento para una noche, un cuarto doble sería suficiente para cuatro personas, circunstancia que aunada a que el gasto de la habitación sería repartido , nos dio la facilidad de elegir un hotel un tanto mas pomposo de lo que regularmente acostumbró, es decir un lugar que no fue hecho coloquialmente para la raza, mas bien un lugar que tiene reservados todos los privilegios propios de la clase media alta y alta ( o medio mamona y super mamona).Habrá sido por mi falta de sueño o en realidad San Luis es una porción de paraíso y no precisamente el lugar en sí, sino por las mujeres que alberga (¡oh si!) circunstancia que pudiera tratarse de un delicioso regionalismo (tomando en cuenta que Guadalajara es el estado aledaño) y tal vez eso reafirme el viejo cliché acerca de las “maravillas” que ofrece el lugar.
El caso es que realmente no tuve mucho tiempo y no intente averiguar si además de bellas también resultan de gran compañía (que no dudo), muy poco conocí del lugar a razón de mi corta estancia y la diferencia de intereses entre mis padres y yo, que entre otras cosas me llevó de regreso al hotel bastante temprano.Sin embargo algo que habíamos dejado desapercibido desde el momento de nuestra llegada era el hecho de que una pequeña multitud se había instalado en las afueras del hotel en espera de algo o alguien, cosa que nos mantenía sin cuidado hasta el momento en que estuvimos de regreso en el hotel y encontramos que la multitud se había acrecentado en gran proporción.
Ya en el interior nos percatamos del motivo de tal congregación acompañada de un constante movimiento al exterior y al interior del recinto, lo cual resultó ser una serie de individuos hospedados en el hotel quienes provocaban tanto revuelo, y los cuales decían ser un grupo de jugadores y demás achichincles los cuales conforman al equipo de fútbol(¡yak!) del Cruz Azul.Por lo que a medida que se elevó el numero de fanáticos fuera del hotel estos fueron paulatinamente bloqueando el acceso principal de este hasta el limite de sellar completamente la entrada/salida del hotel cosa que nos mantuvo en cautiverio hasta que el personal de seguridad nos proporciono una ruta alterna.
El hecho es que nuestra habitación con vista a la calle se encontraba en medio de las habitaciones donde se alojaban los aclamados jugadores, así que teníamos precisamente frente a nuestro balcón a toda una multitud que ansiaba ver a su futbolista favorito para tomarle una foto y gritarle frases como: “¡Yo si te amo Kikin!” y saciar al climáx su exitación con al menos ver a su ídolo. Solo vastó con una ligera e inocente asomadita que di hacía el balcón para agitar a toda una multitud( literalmente a mis pies), ya que ellos estaban convencidos de que aquel que saliera de esos balcones formaba parte de su amado equipo de alguna u otra manera. Ya considerando los alcances del fenómeno el buen Jorge y yo nos divertimos a morir toreando multitudes y haciéndonos pasar como fidedignos miembros del equipo Cementero, al final hasta flashazos nos tocarón .Lo que atrajo mucho atención (y mis miradas) fue el hecho de que un grupo seleccionado (cuidadosamente seleccionado) aquel que no estaba con la multitud en las afueras esperando de menos ver a su ídolo, sino que se trataba de un conjunto de despampanantes féminas (¡hu la la!) estrictamente quienes tenían el privilegio de estar cerca de los famosos deportistas (que no es lo mismo que los deportistas famosos) y conseguir un autógrafo o algo más, a lo que se le podría denominar como las groupies del futból.
El fenómeno del fan from hell y sus derivados dejó ya a hace tiempo de ser una exclusiva del mundo de la música para convertirse en una parte de el estilo de vida de todo aquel que posee fama , lo que en ocasiones se ha convertido en la toma de estúpidas decisiones así como de intolerancia enferma por parte de los fanáticos con tal de mostrar su infinita y acrítica devoción hacía su ídolo. El caso es que siempre habrá alguien a quien queramos seguir solo hay que evitar convertirse en parte de una nación de zombies, ya que si de algo hay que desconfiar siempre es de las masas.

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